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Conducir a velocidad temeraria es un delito penado por la ley y puede derivar en la suspensión definitiva de la licencia de conducir o incluso en condenas de prisión. Manejar no es solo un derecho otorgado a los 18 años: implica una responsabilidad fundamental para resguardar la seguridad de peatones y otros conductores en los espacios públicos.

Las carreras ilegales de automóviles representan un grave peligro para la seguridad pública. Ante esta situación, la Municipalidad de Vitacura ha manifestado su enérgico rechazo a estas prácticas. Durante el mes de marzo, la entidad presentó una querella que culminó con la condena de un individuo sorprendido circulando a 168 kilómetros por hora por la Costanera Norte.

La alcaldesa de Vitacura, Camila Merino, advirtió que conducir a velocidad temeraria “pone en riesgo la vida de quienes conducen, de quienes circulan por la Costanera Norte y también afecta a los vecinos debido al ruido que generan estos vehículos”.

En materia de sanciones generales, las infracciones de tránsito en Chile se clasifican en menos graves, graves y gravísimas, con multas que van desde 0,5 a 3 UTM, dependiendo de su gravedad.

Sin embargo, según la ley 21.495, quienes excedan en más de 60 km/h el límite de velocidad permitido arriesgan penas aún más severas: prisión en su grado máximo, multas de entre 2 y 10 UTM, el retiro del vehículo con anotación de delito y su traslado al corral municipal. También se contempla la suspensión de la licencia de conducir por seis meses, dos años o, en casos más graves, de manera permanente, además de la imposición de una pena carcelaria.