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Aunque en marzo aún se sienten las altas temperaturas del verano, la práctica de una correcta hidratación debe mantenerse en todas las estaciones del año.

El agua es fundamental para el correcto funcionamiento del organismo durante todo el año. Ayuda a regular la temperatura corporal, mantener la piel flexible, favorecer el buen funcionamiento de las articulaciones y órganos, y apoyar los procesos digestivos.

La deshidratación no solo ocurre en verano. En otoño e invierno, el uso de calefacción y la menor sensación de sed pueden incidir en un consumo insuficiente de líquidos, provocando cansancio, dolores de cabeza y mareos. Estos síntomas son especialmente preocupantes en niños, adultos mayores y personas con problemas de salud preexistentes.

“En el caso de los niños, es fundamental monitorear signos de deshidratación como sequedad en la boca, piel reseca o irritabilidad. Por su parte, los adultos mayores deben ser incentivados a consumir líquidos de manera regular, ya que tienden a tener una menor percepción de sed”, explica la jefa de Salud de la Municipalidad de Vitacura, Dra. Pía Valenzuela.

La OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda que los adultos consuman entre 2 y 2,5 litros de agua al día, ajustando esta cantidad según la actividad física y las condiciones climáticas. Además, sugiere evitar bebidas azucaradas o alcohólicas, que pueden interferir con la adecuada absorción de líquidos.

Para complementar la hidratación, es importante incluir alimentos ricos en agua, como frutas y verduras frescas. Sandía, melón, pepinos y naranjas son opciones ideales, pero también lo son las sopas y caldos en épocas más frías, que ayudan a mantener el equilibrio hídrico del cuerpo.

Adoptar hábitos de hidratación durante todo el año no solo mejora la salud general, sino que también contribuye a prevenir enfermedades y reducir la carga en los sistemas de salud. Estar atentos a las necesidades del cuerpo y mantener un consumo regular de líquidos es clave para el bienestar en cualquier estación.